Aricenter: la artrosis y la alimentación para el tratamiento de esta enfermedad.

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La alimentación se caracteriza por ser uno de los hábitos más importantes en el ser humano, ya que influye de forma directa en la salud del organismo.

Desde el cerebro hasta el corazón, incluso la apariencia del cabello y las uñas depende de la dieta.

La osteoartritis también puede mejorar o empeorar con respecto a nuestras elecciones alimentarias. Así, la relación entre ambas ha sido objeto de diferentes estudios.

No obstante, no podemos olvidar que se trata de una enfermedad crónica.

Dentro de la alimentación, la comunidad científica confirma que la fibra es uno de los principales componentes para prevenir y tratar la enfermedad.

Así pues, la idea es incluir en la dieta cierto tipo de alimentos.

  1. Alcachofas

El contenido de fibra presente en las alcachofas favorece a la prevención de este padecimiento. Así, ingerir media taza (85 g) al día aporta unos 10,3 gramos de fibra al organismo.

  1. Cereales integral

Dentro de la alimentación ronda un mito asociado a los cereales integrales, el cual es toda una realidad. Este los señala como una fuente perfecta de fibra.

Pero es recomendable los cereales libres de gluten como, el arroz, el maíz, la avena y los germinados. Estos deben incluirse en la dieta regular con la finalidad de prevenir o tratar los síntomas de la osteoartritis.

Aunque pueden comerse a cualquier hora del día, el desayuno es un buen momento para comer estos productos alimenticios.

  1. Lentejas

Son quizá uno de los alimentos más poderosos y nutritivos. Las lentejas no solo se caracterizan por su exquisito sabor, sino por sus inmensas cantidades de fibra: una taza (200 g) nos aporta cerca de 15 gramos.

Sumado a este componente se encuentran minerales como el calcio, magnesio, potasio y el hierro, excelentes nutrientes para fortalecer las articulaciones y el cartílago.

Para incluir las lentejas en nuestra dieta podemos consumirlas cocidas, al menos, 2 veces en semana, para satisfacer la salud y el paladar.

  1. Frambuesas

Las frutas también cuentan con un representante importante con respecto al aporte de fibra: se trata de las frambuesas. Una taza (150 g) nos aporta 8 gramos, aproximadamente.

Aparte, también brindan una importante cantidad de calcio y potasio, nutrientes apropiados para prevenir la osteoartritis.

  1. Guisantes

Reconocidos por sus propiedades antioxidantes, los guisantes o arvejas no pueden quedar fuera de la lista de alimentos aptos para prevenir la osteoporosis.

Su aporte de cerca de 16 gramos de fibra por taza (110 g) lo ratifica.

Dentro de sus componentes también sobresale el hierro, el cual se complementa muy bien con la fibra.

Para terminar, recordamos que la osteoartritis es una enfermedad degenerativa y, a día de hoy no se conoce ningún tipo de método para curarla.

No obstante, puede prevenirse y tratarse de diferentes maneras, y la alimentación es una de las más efectivas.

Página oficial: https://www.artricenter.com.mx/

Artricenter: la artrosis del pulgar y su tratamiento.

La osteoartritis a menudo afecta la articulación en la base del pulgar. La osteoartritis u OA, también se conoce como artritis degenerativa o artrosis.

La OA ocurre cuando el cartílago que cubre las terminaciones de los huesos empieza a desgastarse debido a una lesión, uso repetitivo o factores genéticos. El cartílago ayuda a los huesos a deslizarse fácilmente en la articulación, sin éste, los huesos se frotan entres sí, causando fricción y daño al hueso y la articulación.

La articulación en la base del pulgar, cerca de la muñeca y en la parte más gorda del pulgar, permite que el dedo gire, apriete y tenga movimiento para hacer las cosas con la mano. La artritis en la base del pulgar es más común en mujeres que en hombres, y usualmente comienza después de los 40 años. Fracturas previas u otras lesiones en la articulación aumentan el riesgo de desarrollar este trastorno.

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Osteoartritis de la columna vertebral

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La artritis de la columna vertebral es una de las causas frecuentes de dolor de espalda. La artritis de la columna vertebral es la ruptura mecánica del cartílago entre las articulaciones facetarias alineadas en la parte de atrás (posterior) de la columna que con frecuencia causa dolor inducido mecánicamente.

Las articulaciones facetarias (también llamadas carillas articulares, articulaciones vertebrales o articulaciones cigapofisarias) se inflaman y la degeneración articular progresiva crea más dolor por fricción. La movilidad y flexibilidad de la espalda disminuyen en proporción a la progresión del dolor de espalda inducido mientras la persona está parada, sentada, e incluso caminando.

Con el paso del tiempo, generalmente se forman espolones óseos (pequeños crecimientos irregulares sobre los huesos también llamados osteofitos) en las articulaciones facetarias e incluso alrededor de las vértebras espinales. Estos espolones son una respuesta a la inestabilidad articular y el intento de la naturaleza para ayudar a devolver la estabilidad a la articulación.

El agrandamiento de las estructuras óseas normales indica degeneración de la columna vertebral. Los espolones óseos también se consideran una parte normal del envejecimiento y no causan dolor directamente, pero pueden crecer tanto que causan irritación o aprisionan los nervios que pasan por las estructuras de la columna, y esto puede resultar en una disminución del espacio para que pasen los nervios (estenosis espinal).

La osteoartritis en la columna vertebral se divide anatómicamente en:

  • Osteoartritis de la parte inferior de la espalda (columna lumbar), a veces llamada artritis lumbosacra, que produce rigidez y dolor en la parte inferior de la columna vertebral y en la articulación sacroilíaca (entre la columna vertebral y la pelvis).
  • Osteoartritis de cuello (columna cervical), a veces llamada espondilosis cervical («espondi» implica la columna, y «osis» es una condición anormal), que puede causar rigidez y dolor en la parte superior de la columna, cuello, hombros, brazos, y cabeza.

Mejoramos sin dañar

¿Cómo proteger sus articulaciones si padece Osteoartritis?

No hay que forzar una articulación cuando esté pasando por una crisis artrósica.

Si tiene afectada una articulación importante (cadera, rodilla y tobillo), el reposo es muy importante. Permitirá la reparación de su cartílago. De esta forma, podrá por ejemplo, utilizar muletas, carritos de supermercado o carritos de equipajes para no aumentar el peso que soportan sus articulaciones.

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Sin embargo, el tiempo de reposo no debe ser excesivo Tiene que intentar mantener su musculatura. De esta forma, cuando deje de dolerle, tiene que mantener la flexibilidad de su articulación con estiramientos y ha de protegerla entrenando sus músculos. La natación y la gimnasia en el suelo son dos deportes recomendables, pero todo está permitido siempre que la postura de pie no sea excesiva.

No «estrese» su cuerpo

Haga una pausa después de cada esfuerzo.
Utilice su espalda, sus brazos y sus piernas de forma que evite forzar sus músculos y articulaciones.

Utilice aparatos útiles, como un carrito de la compra, para trasportar sus compras. Un asidero fijado en la pared de la ducha le permitirá entrar y salir de la bañera más fácilmente.

Evite mantener la misma posición durante mucho tiempo.

No dude en utilizar un bastón para aliviar sus articulaciones durante sus desplazamientos.

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Haga ejercicio

El ejercicio físico en una persona que tenga las articulaciones afectadas por la osteoartritis es útil y muy recomendable.

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La actividad física (fuera de las crisis inflamatorias) permite aliviar el dolor, prevenir los daños articulares y adelgazar en caso de sobrecarga ponderal, reduciendo las tensiones que afectan a las articulaciones.

La actividad física refuerza los músculos y los tendones, lo que permite al cuerpo soportar mejor las sacudidas articulares provocadas por el ejercicio. Por otra parte, cuando se produce un impacto violento (una caída, por ejemplo), una articulación con buenos músculos está siempre mejor protegida.

¿Qué tipos de ejercicios se pueden hacer cuando se tiene artrosis?

  • Algunos ejercicios sencillos permiten aliviar la rigidez y mantener el movimiento de la articulación (ejemplo: ejercicios de amplitud de movimiento del hombro trazando un círculo con el brazo, sin forzar).
  • Otros ejercicios permiten mantener la flexibilidad de los tendones y la fuerza muscular (ejemplo: los ejercicios de flexibilidad, la natación, los paseos, el aerobic, el ciclismo, e incluso algunos ejercicios de resistencia utilizando cintas elásticas o pesos bastante ligeros).
  • En todo caso, es necesario que consulte a su médico antes de comenzar un programa de ejercicios.

¿Qué tipos de ejercicios se tienen que evitar cuando se tiene artrosis?

  • Conviene evitar la práctica de una actividad que puede traumatizar más una articulación ya fragilizada, pero es posible continuar practicando un deporte regularmente siempre y cuando se practique de forma razonable, se asegure de tener la técnica adecuada en los gestos y un material de buena calidad.
  • Es preferible evitar los cambios bruscos en la intensidad y la duración de los ejercicios, causas frecuentes de heridas de las articulaciones. También es imperativo comenzar y terminar progresivamente su sesión de actividad física. Se recomienda realizar un buen calentamiento antes de empezar el ejercicio e ir parando de forma progresiva.
  • Los deportes que causan heridas repetidas pueden acelerar el desgaste del cartílago cuando se practican de forma intensiva: gimnasia, hockey o baile clásico.
    En caso de dolores en la espalda, es mejor evitar las actividades como el esquí o la equitación.

Relájese

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Relajar los músculos que rodean la articulación hinchada alivia el dolor.

¿Cómo relajarse?

  • Concéntrese en ejercicios de respiración y vuelva a descubrir las sensaciones de su cuerpo.
  • Existen cintas y CD de relajación.
  • Relájese y dedique tiempo a la meditación.
  • Créese un universo interior de bienestar imaginando actividades agradables (playa, submarismo, etc.)

La aplicación de calor también puede ayudarle a relajar los músculos y aliviar el dolor articular.
La aplicación de frío ayuda a reducir el dolor y la inflamación.

Vigile su alimentación

Si la osteoartritis afecta a una articulación como la cadera o la rodilla, puede ser beneficioso seguir una orientación nutricional para reducir el peso que soportan sus articulaciones. Pero antes de tomar una decisión así, debe consultarlo con su médico y nutriólogo.
Éste podrá aconsejarle el tipo de régimen que puede realizar y seguir su progresión.

Sea actor de su propio tratamiento

Su función es clave en la vigilancia de su propia osteoartritis.

Es muy importante que usted:

  • No dude en consultar a su médico en cuanto alguno de los elementos de su auto-evaluación pone de manifiesto una modificación negativa.
  • Realice todos los controles radiológicos que permitan seguir verdaderamente la osteoartritis. La frecuencia del seguimiento radiológico viene dada por los síntomas.
  • siga el tratamiento recetado. Es muy útil conocer el nombre y la dosis de los medicamentos prescritos por su médico.

Evolución de la osteoartritis

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Es probable que, al principio, una afección del cartílago pueda ser totalmente reversible, gracias a las capacidades de cicatrización de las lesiones, especialmente en los jóvenes.

Una vez que estas lesiones son muy importantes, y sobre todo a partir de cierta edad, será difícil para el organismo reparar las lesiones; la osteoartritis evolucionará, así pues, hacia una agravación, es decir, una perdida cada vez más importante del cartílago.

Esta pérdida de cartílago evoluciona clínicamente según 3 modalidades:

una agravación lentamente progresiva en varias décadas; o, por el contrario, una agravación extremadamente rápida que termina con una pérdida del cartílago en 12 ó 24 meses (en este último caso se habla de “osteoartritis destructiva rápida”); o incluso una forma intermedia en la que la evolución está salpicada de períodos en los que la osteoartritis evoluciona de forma extremadamente rápida y, otros en los que, al contrario, evoluciona muy poco.

La osteoartritis no evoluciona de forma uniforme, sino que es imprevisible. Puede permanecer silenciosa durante mucho tiempo y no volver a manifestarse incluso cuando la articulación está muy deteriorada en las radiografías. Pero también puede agravarse rápidamente durante varias semanas, o incluso varios meses, en un estadio en el que las radiografías son casi normales. Y este desequilibrio entre el dolor y los signos radiológicos es el que hace que la osteoartritis sea tan difícil de comprender y evaluar.

¿Por qué se da este desequilibrio?

El acceso de osteoartritis traduce unas modificaciones de estructura y luego una destrucción de la superficie del cartílago, con producción de desechos.

Al principio, el grosor del cartílago sigue siendo el mismo, y las radiografías son normales. Los desechos y las enzimas de degradación liberadas son muy irritantes para las articulaciones. En consecuencia, estas últimas fabrican una mayor cantidad de líquido sinovial (del que normalmente sólo hay una pequeña cantidad), lo que permite la dilución de sustancias irritantes y la lubricación de la articulación lesionada.

Si estas lesiones persisten y se agravan, si no se trata la articulación y/o si ésta no se pone en reposo completo o relativo (utilización de un bastón para aliviar las articulaciones), el cartílago no tiene su resistencia habitual, las sustancias irritantes continúan su acción de degradación y la circulación lenta no puede realizarse correctamente, el dolor se prolonga.

Gracias al reposo de sus articulaciones durante una crisis artrósica (asociado o no a un tratamiento), éstas pueden “auto-limpiarse” y cicatrizar mejor: el cartílago recupera su firmeza de superficie. Incluso si aparece más fino en las radiografías, garantiza una función normal. Tras algunos días de tratamiento y/o reposo, podrá retomar sus actividades habituales.

La evolución se realiza, en una sucesión de crisis dolorosas separadas por intervalos de una duración variable, hasta el estado de ulceración cartilaginosa. En este estadio, el cartílago ha desaparecido y una parte del hueso estará expuesta, y los dolores pueden intensificarse. En ocasiones, las crisis se hacen más lentas, o incluso desaparecen, sustituidas por dolores proporcionales al tiempo de la marcha y la posición de pie.

A veces pueden transcurrir veinte años entre el inicio de la primera crisis y la destrucción del cartílago.

Sin embargo, los dolores provocados durante los accesos de osteoartritis no siempre son muy fuertes, y en algunos casos se pueden pasar por alto, lo que puede hacer que la osteoartritis se descubra en un estadio avanzado.

Es importante saber, por lo tanto, que no es normal tener dolores regulares en una articulación. Es imperativo hacer un balance con el médico lo antes posible.

Si lo estima necesario, le mandará hacer radiografías estándar que servirán para realizar un seguimiento regular.

¿Cómo progresan los signos radiológicos?

Generalmente, las lesiones radiográficas aumentan progresivamente, de forma lenta. Sin embargo, el ritmo de esta progresión puede ser muy variable. En los casos extremos, algunas osteoartritis pueden permanecer estables durante décadas, o progresar muy rápidamente hasta la destrucción completa del cartílago en pocos meses. Actualmente es difícil, o incluso imposible, predecir a qué velocidad evolucionará su osteoartritis.

Por otra parte, la evolución de los dolores y la impotencia no es sistemáticamente proporcional a la importancia de las lesiones.